
El rescate de Andrómeda
Cuenta el mito que Casiopea, reina de Etiopía, esposa de Cefeo y madre de Andrómeda, en cierta ocasión se encontró en la playa con las Nereidas, al verlas se burló de ellas diciendo que su belleza era incomparable a las de su hija y ella misma. Las Nereidas, muy enfadas se lo contaron a Poseidón, Dios de los mares, como venganza el dios envió a Ceto, un monstruo marino a destruir Etiopía como venganza.
Los Etíopes acudieron al Oráculo para conocer cómo podían evitar la furia de los dioses, y este les dijo que debían sacrificar a Andrómeda al monstruo, así que Cefeo llevó a su hija a la playa e hizo que la encadenaran a un roca para que cuando llegara el monstruo la devorara.
Perseo, que volvía de exterminar a Medusa, a lomos de Pegaso, observó a la joven Andrómeda a punto de ser el alimnento de Ceto. Entonces, extrajo la cabeza de Medusa y usándola para confundir a la bestia, se lanzó sobre ella y la decapitó, rescató a Andrómeda y pidió a sus padres su mano como recompensa por haberla salvado, sin embargo, Perseo tuvo que volver a luchar para poder casarse con ella, obtuvo la victoria y vivió a su lado años felices.
Cuando Andrómeda murió, Atenea, la situó entre las constelaciones del cielo del norte, cerca de Perseo y de su madre.
Versiones de este famoso mito las encontramos en Orlando Furioso de Ludovico Ariosto y la historia medieval de La leyenda de San Jorge y el Dragón.
Ruggiero rescatando a Angélica (Orlando Furioso de Ludovico Ariosto ilustrado por Gustave Doré)
La leyenda de San Jorge y el Dragón (Pintura de Paolo Uccello)
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